Los días pasaban de manera normal.
Una hermosa adolescente, de nombre Helena, estaba enamorada de lo bello que la trataba la vida. Tenía al novio "perfecto" a su lado, sus padres consentían su noviazgo; ellos dos se divertían, salían a fiestas, él le ayudaba a estudiar en las asignaturas que no entendía y, lo más importante para los padres, es que la apoyaba para que terminara la preparatoria.
Esta nena de complexión hermosa, delgada, tímida, femenina, tenía que presentarse ante la sociedad como la quinceañera que todo el mundo espera. Debía ponerse unas hermosas zapatillas. El vestido, más parecido a un merengue que a uno de mujer, trastocaba su figura. Su tocado.
Esta nena de complexión hermosa, delgada, tímida, femenina, tenía que presentarse ante la sociedad como la quinceañera que todo el mundo espera. Debía ponerse unas hermosas zapatillas. El vestido, más parecido a un merengue que a uno de mujer, trastocaba su figura. Su tocado.
Estaba muy ilusionada porque los quince años significa, en el estatus social, dejar de ser niña para convertirse en mujer, aunque tenía sus dudas. Ella sabía que una mujer es capaz de reproducirse, tiene hijos, se casa, se mantiene virgen hasta el matrimonio.
Nada impide que ese día busque ser feliz por sobre todas las cosas.
La misa se celebra en la Basílica de Guadalupe, familiares y amigos acuden a dar gracias a dios de que la hija "modelo" ha cumplido lealmente todas las condiciones que impone una religión como lo es la católica. Lo que no se explica Helena, es el porqué tiene que ocultar a sus padres cierta información para que no la descubran teniendo relaciones con su novio, ocultarles que se puso un piercing en el clítoris, etc.
Ella tiene muchas dudas...
Llega el día, todo mundo está a la expectativa de que la fiesta salga bien: cuando se confiesa ante el sacerdote la simpática jovencita, le dice al cura todos sus pecados, le cuenta sobre la intimidad que mantiene con su novio, las caricias previas, la emoción de sentirse deseada, eso sí, con mucho sentimiento de culpa; dichas declaraciones hacen que el sacerdote, al ver las hormonas florecientes en la figura de la muchacha, no tenga más que el deseo sano de cualquier hombre que admira la belleza femenina.
Por la tarde, cuando el sacerdote hace penitencia, se azota fuertemente al tener pensamientos pecaminosos debido a las confesiones de aquella tierna mujer.
Llegan todos a la iglesia, ella con un vestido dorado adornado con un corsé negro radiante. Luce la figura de una mujer joven y delicada, rellena por su madre quien le coloca algodón en las partes íntimas para resaltar su figura.
Nada impide que ese día busque ser feliz por sobre todas las cosas.
La misa se celebra en la Basílica de Guadalupe, familiares y amigos acuden a dar gracias a dios de que la hija "modelo" ha cumplido lealmente todas las condiciones que impone una religión como lo es la católica. Lo que no se explica Helena, es el porqué tiene que ocultar a sus padres cierta información para que no la descubran teniendo relaciones con su novio, ocultarles que se puso un piercing en el clítoris, etc.
Ella tiene muchas dudas...
Llega el día, todo mundo está a la expectativa de que la fiesta salga bien: cuando se confiesa ante el sacerdote la simpática jovencita, le dice al cura todos sus pecados, le cuenta sobre la intimidad que mantiene con su novio, las caricias previas, la emoción de sentirse deseada, eso sí, con mucho sentimiento de culpa; dichas declaraciones hacen que el sacerdote, al ver las hormonas florecientes en la figura de la muchacha, no tenga más que el deseo sano de cualquier hombre que admira la belleza femenina.
Por la tarde, cuando el sacerdote hace penitencia, se azota fuertemente al tener pensamientos pecaminosos debido a las confesiones de aquella tierna mujer.
Llegan todos a la iglesia, ella con un vestido dorado adornado con un corsé negro radiante. Luce la figura de una mujer joven y delicada, rellena por su madre quien le coloca algodón en las partes íntimas para resaltar su figura.
El sacerdote realiza la misa procurando no mirar a la joven (demasiado), misma que costó mil quinientos pesos, para celebrar que por fin ha dejado de ser una niña. Termina la misa, el sacerdote acude inmediatamente a sus aposentos a realizar el acto de sadomasoquismo puro ya mencionado.
El público halaga la hermosura de la joven, delgada, con senos desarrollados suficientemente, piernas bien torneadas y cintura pequeña, de facciones finas, piel bronceada...
A ella le gusta ser el centro de atención, la mamá orgullosa, comenta que la hermosura de su hija es heredada, se parece a ella.
El papá dedica unas palabras: Gracias por asistir a este evento de mucha importancia para mí y mi familia, le guiñe el ojo al compadre rico... Quiero que hoy, ADELANTE DE TODOS, reconozcan que mi hija ha dejado de ser SEÑORITA. El público enmudece, la mamá, que se encuentra al lado del padre desalmado, le da un codazo en las costillas indicándole que se trata del evento en donde la hija ha dejado de ser NIÑA, le pide que no ponga en vergüenza a la familia, el papá toma aire y continúa. Perdón, el día en que mi hija ha dejado de ser NIÑA para convertirse en mujer. Todos aplauden el valor del padre.
Comienza el vals, la presentación, la coronación, la entrega de la última muñeca; durante el vals de los padrinos y familiares que se encuentran allí reunidos, el papá ofrece primero a su hija al compadre rico para que le dé el visto bueno, luego viene el padrino que pagó casi toda la fiesta con tal de tener el honor de manosear a la nueva señorita. Llega a la pista de baile, la festejada indica a sus padrinos que la tienen que mover por todo el salón, ellos se concentran en sus senos haciéndole señas obscenas a su papá para indicarle que está "muy buena", el papá, satisfecho al saber que su hija es merecedora de personas de tan alta alcurnia, los deja un poco más de tiempo para que continúen bailando.
Durante el vals con su novio, el chambelán de honor, cae desmayada y sangra de la boca. La gente, preocupada, se acerca a ver lo que pasa. No hay quien falte que quiera darle respiración de boca a boca, alegando sus conocimientos de primeros auxilios aprendidos en aquél curso impartido por los bomberos en la primaria. Llega la ambulancia, todo corre en cuestión de minutos, avisan a la familia que se le rompió una úlcera gástrica causada por la mala alimentación de la joven hermosa con cuerpo perfecto. La mamá no lo puede creer, algo sospechaba cuando terminando de comer su hija se encerraba en el baño por varios minutos. Una nube cubre su cabeza, la mujer también se desmaya al saber que su hija está a punto de morir.
La joven despierta, desconcertada, con la boca seca y un tremendo dolor de cabeza. Se armó de valor, recordó todas aquellas ocasiones, como si fueran fotografías que pasan muy rápido... Una tras otra... O como pequeñas escenas de una película de terror de moda. ¡Qué arrepentida estaba ahora de tener ese cuerpo amorfo y que los cuidados y los mimos de las enfermeras le causarían sobrepeso. Pero ¿Qué podía hacer ella? Sólo hizo lo que la sociedad neoliberalista le exigía: ser la más bella en su fiesta de quince años para presentarse ante la sociedad. Respiraba pacíficamente mientras se preguntaba la razón del porqué su dios la castigaba de esa manera, ¿Acaso serían los cuatro abortos que tuvo antes? ¿O sería por aquellas veces que llegó a su casa con una botella de whisky vacía, colillas de cigarro, o por los piercings y tatuajes que se puso años antes sin permiso de sus padres?
Sólo recordaba a su novio que la tenía en sus brazos con las manos llenas de sangre, suplicando que trajeran a un médico. Se levantó, despacito para no caerse y verse en el espejo: "Eres una put...".
El público halaga la hermosura de la joven, delgada, con senos desarrollados suficientemente, piernas bien torneadas y cintura pequeña, de facciones finas, piel bronceada...
A ella le gusta ser el centro de atención, la mamá orgullosa, comenta que la hermosura de su hija es heredada, se parece a ella.
El papá dedica unas palabras: Gracias por asistir a este evento de mucha importancia para mí y mi familia, le guiñe el ojo al compadre rico... Quiero que hoy, ADELANTE DE TODOS, reconozcan que mi hija ha dejado de ser SEÑORITA. El público enmudece, la mamá, que se encuentra al lado del padre desalmado, le da un codazo en las costillas indicándole que se trata del evento en donde la hija ha dejado de ser NIÑA, le pide que no ponga en vergüenza a la familia, el papá toma aire y continúa. Perdón, el día en que mi hija ha dejado de ser NIÑA para convertirse en mujer. Todos aplauden el valor del padre.
Comienza el vals, la presentación, la coronación, la entrega de la última muñeca; durante el vals de los padrinos y familiares que se encuentran allí reunidos, el papá ofrece primero a su hija al compadre rico para que le dé el visto bueno, luego viene el padrino que pagó casi toda la fiesta con tal de tener el honor de manosear a la nueva señorita. Llega a la pista de baile, la festejada indica a sus padrinos que la tienen que mover por todo el salón, ellos se concentran en sus senos haciéndole señas obscenas a su papá para indicarle que está "muy buena", el papá, satisfecho al saber que su hija es merecedora de personas de tan alta alcurnia, los deja un poco más de tiempo para que continúen bailando.
Durante el vals con su novio, el chambelán de honor, cae desmayada y sangra de la boca. La gente, preocupada, se acerca a ver lo que pasa. No hay quien falte que quiera darle respiración de boca a boca, alegando sus conocimientos de primeros auxilios aprendidos en aquél curso impartido por los bomberos en la primaria. Llega la ambulancia, todo corre en cuestión de minutos, avisan a la familia que se le rompió una úlcera gástrica causada por la mala alimentación de la joven hermosa con cuerpo perfecto. La mamá no lo puede creer, algo sospechaba cuando terminando de comer su hija se encerraba en el baño por varios minutos. Una nube cubre su cabeza, la mujer también se desmaya al saber que su hija está a punto de morir.
La joven despierta, desconcertada, con la boca seca y un tremendo dolor de cabeza. Se armó de valor, recordó todas aquellas ocasiones, como si fueran fotografías que pasan muy rápido... Una tras otra... O como pequeñas escenas de una película de terror de moda. ¡Qué arrepentida estaba ahora de tener ese cuerpo amorfo y que los cuidados y los mimos de las enfermeras le causarían sobrepeso. Pero ¿Qué podía hacer ella? Sólo hizo lo que la sociedad neoliberalista le exigía: ser la más bella en su fiesta de quince años para presentarse ante la sociedad. Respiraba pacíficamente mientras se preguntaba la razón del porqué su dios la castigaba de esa manera, ¿Acaso serían los cuatro abortos que tuvo antes? ¿O sería por aquellas veces que llegó a su casa con una botella de whisky vacía, colillas de cigarro, o por los piercings y tatuajes que se puso años antes sin permiso de sus padres?
Sólo recordaba a su novio que la tenía en sus brazos con las manos llenas de sangre, suplicando que trajeran a un médico. Se levantó, despacito para no caerse y verse en el espejo: "Eres una put...".
Tenía en su pensamiento aquél dicho popular "al que madruga dios lo ayuda", aunque madrugar para vomitar no está establecido en las leyes divinas. Ni modo, ya no había nada que hacer.
Ya los doctores habían encontrado restos de los abortos que había tenido e informado a los padres acerca de la situación tan precaria de la adolescente.
Claro que los días siguientes siguió saliendo el sol, aunque ella sintiera una helada brisa en los huesos que se le metía en las carnes blandas hasta la médula.
Sobra decir que esa amorfa masa y sin gracia y la hermosa Helena no se volvieron a dirigir la palabra.
Ya los doctores habían encontrado restos de los abortos que había tenido e informado a los padres acerca de la situación tan precaria de la adolescente.
Claro que los días siguientes siguió saliendo el sol, aunque ella sintiera una helada brisa en los huesos que se le metía en las carnes blandas hasta la médula.
Sobra decir que esa amorfa masa y sin gracia y la hermosa Helena no se volvieron a dirigir la palabra.
Ella, desconfiada por seguir las reglas establecidas, se volvió retraída, casi no salía; dejó de tener el cuerpo hermoso de siempre y se volvió más cuidadosa en su alimentación, aunque mantenía una gran tristeza en el alma.
*** SoLeSkOaLa4eVeR ***
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