El escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) escribió en 1967 un poema dedicado a Ernesto Che Guevara en el que señala, desde su perspectiva de intelectual comprometido con la realidad de América Latina, lo que mucho sentimos al recordar la figura del Guerrillero Heróico: “le tomé su voz, libre como el agua”.
No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
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