viernes, 1 de junio de 2012

Niña, no salgas a la calle


Caminando por la gran Ciudad
los proscritos me insultaban
no veían mi cadencia, ni mi sexo,
ni mis labios;
supongo que odiaban a la mujer.


Caminaba sola,
las calles eran una pesadilla;
apenas salía y parecía que andaba desnuda aún vestida.

La falda, las medias, los tacones,
toda mi humanidad era agresiva 

para la gente brutal
que me miraba con sus obscenas miradas
y desnudaban mi timidez, mi decoro, mi simpatía.

¡Con sus hocicos vociferaban improperios!
Lastimaban mis senos, vientre, glúteos, piernas.

Sabes: 



No te vistas con hábitos ni con disfraces de halloween
no te cambies el maquillaje ni ocultes tu figura.
Aléjate de los brutales huye de sus asquerosas fauces;
¡no temas!

Tu hermosura no es tu falda, ni tus senos,

Tu hermosura es tu fragilidad.

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