viernes, 24 de diciembre de 2010

Una joven sin alegría


¡¡¡Tengan cuidado!!! Podemos acostumbrarnos a sentirnos lastimados, agredidos, humillados...

Un millón de lágrimas no pueden desaparecer todo el dolor que siento. Fracaso, desencanto, rupturas.

Una vez me preguntaron sobre mis carencias económicas, yo contesté: Nunca tuve los juguetes que quise de niña, vivía en una casa con techo de lámina, mis padres apenas tenían para darnos de comer, mis zapatos a veces estaban rotos y mi ropa carecía de elegancia, vivíamos con mucha sencillez.

Después me preguntaron cómo había sido mi despertar sexual, yo dije: Un familiar abusó de mí de pequeña, aunque nunca lo percibí sino siendo ya mucho mayor, antes de cumplir la mayoría de edad tuve mi primer relación y mi primer desencanto, decidí entonces que necesitaba conocer muchas más cosas de la vida, y ahora uso juguetes sexuales, he estado en tríos y orgías, en fiestas swinger, y he mantenido relaciones con personas de mi mismo sexo.

Pero cuando me preguntaron ¿cuáles han sido tus carencias emocionales?, se me cerró la garganta de tal modo que no pude decir nada, simplemente no podía hablar, un nudo en mi garganta no me permitía emitir ningún sonido, me sentí deshecha como aquél bello unicornio hecho de hojas de árboles que toda la vida se pasa inmóvil hasta que un día corre sin descanso por el bosque y se va deshaciendo como el otoño. Me dijo mi orejita ¿qué es eso que no te permite estar en paz, que no te permite hablar? La respuesta era lógica, yo grité: ¡¡¡RESENTIMIENTO!!! Salí de la hacienda para huir, nuevamente, de mi realidad, pero no pude. Me alcanzó mi orejita y me dijo que gritara, golpeara, escupiera, maldijera... Así lo hice hasta quedarme dormida en el pasto frío pero reconfortante.

Al regresar a casa, pedí perdón por el daño que había causado, porque de ser victima comenzaba a ser victimaria. Enfocaba toda mi rabia y mi desamor con las personas cercanas a mí, mi familia, mis amigos, mis semejantes. Me declaré enferma emocional y ahora tengo otra oportunidad de vivir y ser feliz, porque me perdonaron todos y cada uno de los que lastimé en mi entorno. Pero fue un perdón sincero, sin recuerdos negativos ni deshonestos. Fue el perdón de las personas que desean ser felices y luchan siempre por lograr ese objetivo.

Les comparto este texto para que reflexionen sobre estas tres carencias durante estas fechas y logren salir avante el próximo año con objetivos llenos de amor y felicidad, aunque suene trillado. A los religiosos les digo que merecemos todo porque somos los príncipes y las princesas del reino del señor, y SÍ, me refiero a todo, dinero, estabilidad, ser considerados como seres supremos e iguales al padre. A los que no somos religiosos les digo que, efectivamente, merecemos todo, es cuestión de enfocar nuestros pensamientos en las cosas positivas de la vida y no hacer daño o cosas negativas. Esta vida es para disfrutarse, dejemos a un lado las diferencias, los orgullos y los rencores que no nos llevan a nada bueno, lo único que nos dejan son marcas en el alma y en el pensamiento que no nos permiten ser felices.

HOY ME SIENTO MUY FELIZ DE HABER SIDO DESAFORTUNADA EN UN TIEMPO, PORQUE ASÍ PUDE REFLEXIONAR SOBRE LO QUE DE VERDAD VALE LA PENA EN ESTA VIDA: AMOR, SALUD Y FELICIDAD.

¿Y TÚ QUÉ CARENCIAS TIENES?

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